
#EL CÓDIGO ABIERTO DEL SENTIR
La vida nos habla a veces en claves que no podemos llegar a entender a través de la mente, y lo que nos da la verdadera certeza es siempre el sentir. Sentir es un código abierto que nos dirige al corazón mismo de lo que somos, pura conciencia. Dejarnos llevar por ese sentir profundo es fundirnos en este gran y amplio espacio que se da ahora mismo en la experiencia, disfrutando de las increíbles gamas de bellos y variados matices de los sentidos, y de las necesarias relaciones, actividades y propósitos que llevamos a cabo en la vida diaria.
Sentir no sólo nos permite disfrutar plenamente de cada experiencia, sino que vamos ahondando hacia capas más profundas de nuestro propio ser, donde nos vamos encontrando cada vez más con nosotros mismos. Ser uno mismo significa reconocer esa conciencia que reside en nuestro interior y que siempre despierta a todo lo que sucede en nuestra experiencia. En este sentido, sentir es un camino directo hacía el corazón donde se funden amor y conciencia sin ser necesariamente algo trascendental o espiritual, sino precisamente al contrario, algo sencillo y ordinario, como la vida misma.
Empezar por prestar atención a cada detalle de la experiencia ya es en si mismo un acto de sencillez, amor y generosidad y al mismo tiempo una obertura hacia las increíbles posibilidades que nos da sentir esto que ocurre ahora mismo. Permitir abrirnos hacia lo que nos puedan transmitir cierto tipo de pensamientos, de las propias sensaciones y emociones del cuerpo y la obertura de los sentidos.
Para eso, es necesario dejar a un lado el miedo que no nos permite acercarnos a todo y de esta manera tomar una posición valiente frente a aquello que nos produce dolor, frente a las emociones escondidas, ya que ahí está la llave hacia lo profundo, hacia esas capas que nos llevan hacia nuestro interior, ahí está la llave que nos abre a la pasión, compasión y amor que podemos haber estado evitando durante un largo tiempo.
Y todo empieza siempre desde aquí, desde uno mismo, en aceptarse y quererse a uno mismo de igual manera. El amor reside en aceptar todo nuestro pasado desde nuestro interior y una vez hecho, traspasar los límites de la memoria. Amor es dedicar momentos a darnos la oportunidad de dejar a un lado todo lo que paso, lo que pude ser, ser falibles y ver en cada momento de inseguridad, fallo o fracaso la oportunidad de aprender de uno mismo. Pero todo eso no queda ahí, que significa que va más allá de la parte personal...
Empezar por no dirigir cualquier tipo de pensamiento, sensación o emoción hacia alguien, es abrirla a la atención, ver que son formas que no pertenecen a nadie en concreto, simples formas que tiene la vida de sentirse a sí misma sin más, formas de abrirnos a la experiencia completamente para dirigirnos a su mismo corazón.
No existe otro camino que estar presentes y conscientes a uno mismo para descubrir ese amor incondicional que reside en nuestra presencia y que nos conecta con nuestro sentir más profundo.