
#EL PODER DE ESTAR DESPIERTO
A los seres humanos nos va la vida estar despiertos, porque de otra manera, perdemos esa pasión, la misma fuerza vital que nos hace despertarnos cada mañana con ganas hacer cosas y salir a la calle a por todas, a experimentar con energía todas y cada una de las situaciones que nos esperan, impregnarnos de cada estímulo sensitivo, relacionarnos plenamente con los demás y aprender continuamente de esa interacción con todo lo que nos rodea.
Como sentirnos más despiertos en la vida cotidiana?
Observando a nuestro alrededor, vemos qué, tanto si dirigimos la atención hacía todo lo que nos rodea, como si la enfocamos hacia nuestras sensaciones corporales, estamos de igual manera despiertos. Al principio, inmersos en la rutina del día a día, puede dar la sensación que estamos despiertos a ratos mientras otros estamos como distraídos. Pero desde nuestro interior, ese concepción de estar despierto se muestra totalmente diferente.
Si lo seguimos de cerca, podemos ver cómo siempre estamos despiertos y nos podemos dejar de estarlo. Estamos igual de despiertos ante algo que nos llama mucho la atención, como también lo estamos cuando nos aburrimos o estando medio dormidos mirando el móvil o viendo un programa de tv.
La única diferencia entre esos diferentes estados es que cuando estamos distraídos nuestra atención entra en un estado de piloto automático. Seguimos igual de despiertos, eso no cambia, si no, por ejemplo no podríamos procesar toda esa información a través de nuestra mente.
Aún así, podemos darnos cuenta cómo esa atención pierde foco en la manera como se despliega en nuestra experiencia, y cómo por ejemplo perdemos vitalidad, ya que nuestra cuerpo participa de ese letargo de la atención. Y todo esto sigue una inercia hacia el desequilibrio en todos los campos en los que nos movemos diariamente.
“Como si nuestras acciones fueran fichas de domino, van cayendo una detrás de otras con esa sensación de que no podemos hacer nada al respecto.”
Con el tiempo, vamos perdiendo control y foco sobre aquello que vale la pena y nos hace sentir vivos, empezando por algo tan simple cómo ser consciente de las sensaciones vivas de nuestro cuerpo, de las emociones que más nos hacen vibrar, de los pensamientos creativos, de la percepción del espacio de nuestro entorno que nos da esa sensación de libertad, o la respiración que nos proporciona oxigeno literalmente en momentos de estrés o conflicto. La lista de cosas positivas a la que poner foco de atención es interminable, como también lo serian las negativas. A que le ponemos foco de atención en la vida diaria?
Estamos rodeados de una increíble cantidad de estímulos a cada momento y aprender a saber dónde ponemos el foco de atención nos da un control flexible sobre nuestra vida. Y no existe punto intermedio, porque de otra manera hemos visto que todo sigue una inercia contraria. En el mundo en el que nos movemos diariamente, todo va hacia una dirección, hacia un lado o hacia el otro. Cuando no dirigimos nosotros la atención desde el interior, vamos dejando lugar a que la inconsciencia domine nuestras vida, con esa dejadez y estancamiento que la caracteriza. Y esto desgraciadamente esta totalmente aceptado en nuestra cultura y sociedad con toda la increíble cantidad de distracciones, empezando por las posibilidades que nos da nuestro teléfono móvil, la tv o cualquier otra cosa.
“Cuando perdemos el poder de estar despiertos, perdemos demasiado, tanto a nivel de facultades como todo el potencial de creación nueva que hay en cada uno de nosotros.”
En realidad, cuando estamos plenamente presente no es que elijamos, eso viene después cuando ponemos el foco de atención. Primero de todo, entramos en una espacio despierto donde nos sentimos calmos, atentos y vivos. Entramos en la misma frecuencia que tienen por ejemplo los animales como los leones o los leopardos, las mofetas, las hormigas o las mismas plantas. Ello están siempre despiertos y conectados a todo, pero al mismo tiempo moviéndose fluidamente con todos los cambios.
Esta calidad alta de atención la tenemos por propia naturaleza, desde que nacemos, pero vamos perdiendo esa fuerza debido a que nos centramos demasiado en partes de nuestra vida que nos han dicho que nos va a proporcionar la felicidad, placer momentáneo o aquello que siempre hemos ansiado. Lo que nos mantienen conectados con todo es la atención serena de fondo, la que nunca nos deja.
“El poder y la fuerza que buscamos en algo concreto o un futuro se encuentra aquí mismo, en nuestra relación con el momento presente. Qué es lo que nos define en este preciso momento y que no cambia ni ha cambiado jamás, que no pertenece a nada en concreto ni depende de nada con lo que nos podamos identificar? Qué es lo que siempre esta con nosotros invisible, y transparente?”
Existe una atención natural que forma parte de nuestra verdadera identidad, una identidad que no necesita ser alcanzada ni es producto de años de meditación o silencio. La sentimos como parte nuestra sin ningún tipo de esfuerzo en el momento presente.
Y es desde aquí, en nuestro interior, donde reside esa atención serena que nos permite ser nosotros mismos de manera relajada, estar despiertos a todo y poder recuperar las buenas sensaciones y la ilusión por vivir, sentir la energía del cuerpo y disfrutar de las relaciones saludables.