#EL CONTROL DE NUESTRAS DECISIONES
EL CONTROL DE NUESTRAS DECISIONES
Cómo el subconsciente domina nuestras acciones diarias
La única manera de ser libres a la hora de tomar de decisiones es ser consciente. Sabemos que es necesario tomar decisiones y equivocarnos en el día a día y esa es la única manera de darnos cuenta en la manera en cómo pensamos, actuamos o reaccionamos ante las situaciones. Claro esta que desde un punto de vista más amplio, nuestra naturaleza más profunda no sabe siquiera lo que es equivocarse, ni fallar o fracasar. Más que centrarse en los resultados, trata más bien de descubrirnos una cualidad en nosotros que tal vez podemos haber olvidado, y es la valentía, -la acción de atrevernos a hacer cosas totalmente nuevas-.
Y es que nuestra naturaleza es muy atrevida.
Tal vez podemos haber olvidado esa cualidad atrevida por la educación que hemos recibido y que nos impide abrirnos completamente a lo que somos. Esto hace que en vez de dirigirnos a objetivos que nos apasionan, a disfrutar de ese paisaje marítimo de las olas, a escuchar a esa persona que me esta hablando, se dirige a la dirección opuesta, a la parte mental de las imágenes, pensamientos e ideas. Pero esa imagen que hemos creado de nosotros mismos no se corresponde con la realidad.
La parte mental que hemos ido creando de nosotros mismos es una realidad cerrada. Es un construcción de opiniones confusas producto de años de acumulación de muchas ideas, de una memoria selectiva centrada en procesos no resueltos, de una imagen de mi cuerpo y mi rostro incompleta que cambian según la manera en como me levanto, de pensamientos que se repiten una y otra vez y que me recuerdan que que todo puede llegar a ser muy difícil, duro o complicado…
Pero todo esto no suena nada a verdad
La verdad esta siempre delante de nosotros y tiene que ser siempre viva, clara y transparente -como el agua del mar-, sino, no es verdad. Incluso si estamos pasando momentos de confusión o de dolor sabemos muy en el fondo que esa tendencia a lo negativo es muy relativa. Es la relatividad de los pensamientos. Y ningún pensamiento nos puede definir, ya que solo se centran en pequeñas partes, son como sombras de la grandeza y amplitud de la experiencia que siempre tenemos delante.
Esos pensamientos que tal vez han tomado mucha importancia con los años forman parte de la realidad mental que vamos creando pero son en su esencia sueños. La mayoría de esos sueños que se centran en procesos incompletos que no hemos acabado de comprender, y qué se han convertido en una realidad oscura basada en miedos que nos pueden perseguir a lo largo de la vida. Esto no significa que no haya que tener miedo, que no haya peligros, que todo sea a veces muy duro de llevar, pero con los años, deberíamos dejar de engañarnos por lo que nos dicen nuestros pensamientos y dejarnos guiar por ese subconsciente que nos juega malas pasadas.
Cuando tomamos decisiones desde la idea de que estamos solos frente al peligro, reforzada por la idea de la separación como individuos, ya de por si provoca que se vaya debilitando todo aquello que hacemos, que decimos, ya que esta principalmente fundamentado en el aislamiento y, debido a eso, no puede tener una verdadera resonancia ahí afuera…
Desde ese momento, vivo aislado de la increíble energía que acompañan mis relaciones con los demás, de la riqueza que me proporciona la diversidad y riqueza del mundo que me rodea, de la sabiduría de observar cualquier acción o situación que son las que me permiten aprender y avanzar constantemente.
Cuando me abro a todo lo que me rodea, -y esto incluye estar dispuesto a abrirme a los miedos o inseguridades- aparece esa parte vulnerable. Puedo sentirme más desprotegido pero es la única vía para volverme mas sensible frente a cualquier tipo de situación. Tal vez pueda doler, pero ahí, en el medio de ese dolor, estoy aprendiendo mucho más que lo que me pueda decir cualquier libro o cualquier persona. Me doy cuenta como funcionan las cosas en realidad, desde mi, cuando dejo de encerrarme en mi mismo, y permito salir ese dolor rompiendo los barrotes de las viejas creencias y condicionamientos
Y todo -a su debido tiempo- se va resolviendo cuando cada mañana me miro al espejo de una manera completamente nueva.
Cada instante está cargado de una increíble fuerza vital que me abre progresivamente a una experiencia más plena. No deja de sonar demasiado obvio porque la vida es por definición fuerza vital, sino, no podríamos estar vivos, respirar, tomar acciones, decisiones, pero a veces hace falta recordarlo debido a que muchas veces tenemos esa carencia de pasión, de falta de energía en lo que hacemos.
De alguna manera, hemos perdido ese vinculo natural con nosotros mismos que podemos recuperar a cada momento, y con ello, todo el potencial interior. Recuperar esa fuerza significa atrevemos a hacer cosas nuevas, a observar con los ojos de una niña o un niño, estar confiados con lo que esta por venir, confiar en lo que nos dice nuestro corazón respecto a que propósitos seguir, que decisiones tomar. Un camino que no sabemos de veras dónde nos lleva pero que nos hace sentir cada vez más confiados, alentados y seguros.
Se trata de relajarse en el momento presente y dejar de tomar el control de todo lo que ocurre. Dejar que las decisiones fluyan en la mente como todo lo demás, como olas que acaban descansando en la orilla de una playa infinita, blanca y desértica.