
#LA SEPARACIÓN ES TAMBIÉN PERFECTA
Esta aparente distancia, separación, aislamiento que podemos sentir respecto a todo lo que nos rodea, no es producto de un error de nuestra naturaleza, ni tampoco culpa de nadie, no es mala suerte o una mala combinación de los astros. La Separación tambien es perfecta, en el sentido que es una consecuencia de la misma naturaleza sinérgica de la realidad, que hace que lo que pensamos con el tiempo se convierta en un sentir. De ahí que si creemos que somos alguien separado del mundo (cosa totalmente imposible) con el tiempo lo veremos manifiestarse así a través de nuestros sentidos, y con el tiempo acabaremos creyendo que la vida es así, un duro sobrevivir, luchar y esconderse de los miedos o de aquello que nos duele.
La palabra sinergia tiene diferentes acepciones etimológicas, la del griego significa cooperación. En esta misma línea, todas nuestras sensaciones y percepciones, emociones y sentimientos, pensamientos, imágenes e ideas, están cooperando activamente para mostrarnos la manera en que concebimos la realidad y nos vemos a nosotros mismos. Por decirlo de otra manera, todo se esta comunicando al más alto nivel, y no puede ser otro que desde la unidad. El mundo nos escucha y se muestra tal y cómo lo estamos interpretamos.
En este sentido, somos cocreadores de cada instante de nuestras vidas, y cada momento es una oportunidad para darnos cuenta que formamos parte de este equilibrio perfecto que se da todo el tiempo en nosotros. No obstante, tomar concienca también los pensamientos han ido tomado una mayor protagonismo respecto a todo lo demás que surge en nuestra experiencia. Nosotros les estamos damos foco, forma y dirección. ¿qué, pero cómo lo hacemos y cuándo, hacia dónde nos lleva todo eso...? La única manera es observarnos cada día y dedicar momentos a ver claramente, y de esta manera trascenderlo...
El auto-concepto y la imagen que hemos ido creando de nosotros mismos y la idea que hemos conformado de la realidad se ha vuelto tremendamente importante en la manera como sentimos directamente nuestro propio cuerpo, en la percepción del entorno a través de los sentidos, pero también se manifiesta en el tipo de decisiones que vamos a tomar, las relaciones que vamos a entablar, las actividades y trabajos que desarrollaremos en la vida, o los pensamientos e ideas que más se tenderán a repetir en el día a día,...
Cuando creemos que somos únicamente un individuo separado, esta es acompañada por la imagen de estar dentro de un cuerpo y la idea de estar limitado por una mente. Esta creencia de la separación se irá manifestando poco a poco como una serie de sutiles tensiones y dolor, una compresión progresiva de los sentidos, un sentimiento de estar encerrado y por consiguiente separado de todo entorno y lo demás. El resultado de todo esto es una distorsión del sentido total de la realidad, con toda la confusión, miedo y sufrimiento que generan.
Si por el contrario, nos damos cuenta del carácter integro de toda la realidad, de todo lo que sucede en este instante presente, el sentir directo dominara nuestras vidas y sentiremos esa resonancia directa en forma de pasión, creatividad y belleza en las actividades diarias, cercanía y afecto en nuestras relaciones con los demás, sorpresa y fascinación por el impacto de lo nuevo, y en definitiva amor y compasión por todo lo que nos rodea.
Cuando nos sabemos partícipes de este movimiento constante de creación presente, nos implicamos de manera natural en todo lo que sucede y nuestra actitud frente a los sucesos será más responsable, valiente y enérgica. Esto podría explicarse en el sentido que no tenemos ni idea de lo que va a ocurrir en el momento siguiente, de hecho nos damos cuenta que la vida solo ocurre desde este cercano aquí y ahora. Darse cuenta de este simple hecho hace que nos vayamos resintonizando con todo lo que ocurre, con nuestro cuerpo, el mundo que nos rodea.
En el ahora acabamos por darnos cuenta que todo es perfecto de acuerdo a cómo lo estamos interpretando, y cómo ser conscientes solo de eso, nos hace ser más sensibles a todo y flexibles a los cambios inherentes en la vida.