#TOMAR ACCIÓN DIÁRIA


Tomar Acción Diária

Los objetivos que tienen que ver con aquello que verdaderamente nos apasiona y con propósitos más profundos, si no van acompañados de la acción se convierten en una mera ilusión, ya que son producto de pensamientos, imágenes mentales, que son como humo en esta experiencia viva, inmediata y directa.


En cambio, si aquellos pensamientos que nos hacen vibrar los ponemos en acción sin dudar o titubear tanto, se traducirán en poco tiempo en aquello que de verdad queremos. Todo está en nuestra mente, pero la mente no son sólo pensamientos, sino que son también los sentidos, los que están creando este mundo que tenemos ahora delante. 


Así que, pensamientos y sentidos están totalmente unidos. 


Esto quiere decir que hay una correspondencia entre lo que pensamos y su manifestación en nuestras actividades diarias. Si lo que hacemos durante el día responde a creencias y condicionamientos que arrastramos a través de los años, crearán acciones repetitivas que no nos permitirán avanzar a pesar del tiempo que le dediquemos o que le pongamos mucho esfuerzo. Nos darán una sensación de insatisfacción constante y al mismo tiempo estancados en hábitos repetitivos.


Cuando estamos realmente convencidos de algo y se convierte en una bonita obsesión, no debemos perder tanto el tiempo pensando, organizando, analizando una y otra vez. Una vez que lo tenemos claro es empezar a trabajarlo y a hacerlo vivo a través de la experiencia. 


Cuando lo creemos de verdad a través de nuestras vibraciones presentes y lo sentimos desde el corazón, lo acabamos creando en la vida. 


"Lo mismo que me impulsa a respirar, me empuja naturalmente a dar el primer paso..."


Vida es acción y relación, como el mismo ciclo del día y la noche. Por la noche necesitamos dormir, descansar y soñar, en cambio durante el día, estar despiertos y ponernos en acción. 


Entre el dia y la noche se mueve el equilibrio de nuestra vida.


Qué ocurre entonces...? Que si durante el día seguimos soñando, que significa que seguimos organizando en nuestra cabeza como debería ser, que me falta, que voy a conseguir con eso, es muy difícil, etc… me perderé en todos y cada uno de esos pensamientos. Seguiré dormido, soñando. El ciclo vital entonces seguirá una inercia hacía el desequilibrio. Se rompe el equilibrio natural.


Si demoramos las acciones demasiado por no sentirnos preparados, por miedo al resultado, por falta de confianza, eso tiene que ver en el fondo no con una cuestión personal, es más bien que no confiamos en la vida. Estamos confiando en todos esos pensamientos confusos que nos dicen básicamente que no, que no es posible, que no soy el indicado, que no es el momento o el lugar, que no soy lo suficientemente bueno. Excusas del pensamiento para no atreverse, para la negación constante.


Todo eso va a convertir nuestra vida en un sueño. Ese soñar con el tiempo nos va a producir frustración ya que nos vamos a poder ver llevados a cabo nuestros propósitos, esos objetivos que nos hacen crecer y que dejan nuestra imprenta en el mundo, eso que nos permite compartir y ayudar a los demás, poner una acción de compromiso con el mundo.


Si por el contrario, vamos llevando a cabo acciones a modo de prueba, se va a traducir en una mayor confianza y felicidad. Si no traspasamos el miedo que nos impide llevarlo a cabo, si no traspasamos el dolor y las capas que nos alejan de aquello que siempre hemos soñado, estamos impulsando el miedo y escondiéndonos en nuestro pequeño mundo de la comodidad. De esta manera estamos saboteando nuestra vida.


Entonces, puedo pasarme la vida culpando a los demás, a las circunstancias, a la suerte del momento, a la época o al dinero, a mi mismo o a dios. 


En otras palabras, decido seguir dormido en ese sueño que se convierte más y más en pesadilla, en la que ya no persigo mis propios sueños conscientemente -sabiendo que probablemente no serán fáciles- sino que, en esa inconsciencia, en esa dejadez interior,  el sufrimiento y la frustración toman cada vez más acto de presencia, y que no sólo me incumben a mi, sino a todo lo que rodea mi mundo, lo que significa también mis relaciones cercanas, mi economía, mi trabajo, etc.


La buena noticia es que nunca hemos estado tan cerca de aquello que realmente queremos hacer, incluso cuando las cosas parecen ir tan mal que parecemos estar al borde del precipicio. Y también sucede otra cosa, que nunca acabamos de sentimos lo suficientemente preparados, entre otras cosas porque no sabemos lo que somos capaces de hacer, ninguno de esos pensamientos lo saben y por eso, hay de dejar de prestarles atención. 


Así que todo en realidad es una liberación.


Si alguna cosa nos esta enseñando todo el sufrimiento y caos que se desata delante nuestro, es la importancia de estar despiertos, la necesidad que tenemos de abrir bien los ojos para descubrir qué en el fondo, siempre estamos despiertos. Ser despiertos todo el tiempo es estar en alerta paciente, con ese control sereno que nos da la confianza en la vida, que nos mantiene aún cansados y exhaustos, de pie, erguidos y con la mirada determinada en aquello que realmente nos apasiona desde el corazón.


Usamos cookies propias y de terceros para el funcionamiento de este sitio web y el analisis de las visitas de los usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Puedes ver más informacion en nuestra pagina de politica de cookies.