
#VIVIR DESDE EL CORAZÓN DE LA EXPERIENCIA
El significado de esta frase que constituye el subtítulo del libro “Un Sentido a Todo” es tanto vivir desde el centro de uno mismo como lo es también vivir desde el corazón de la experiencia. Encontrar ese espacio interior adentro uno mismo es el mayor descubrimiento y la más apasionante de las aventuras. Es al mismo tiempo un aprendizaje constante de saber cuál es nuestro lugar en la vida, y desde ahí, movernos hacia dónde de verdad queremos dirigirnos desde nuestro corazón. Para mi significa lo mismo entender que la vida y cada persona es básicamente lo mismo. Vivir en el centro de la experiencia es vivir desde el mismo corazón. En este sentido, vida y amor es lo mismo, y si no existe esa conexión, ya sabemos que nada de lo que hagamos tiene ningún sentido, tanto en las relaciones, como en cualquier actividad diaria o trabajo.
Y entonces, que hay en el centro de toda experiencia y en el interior de cada persona?
De la misma manera que en el mismo epicentro de un huracán hay la más absoluta calma, en el centro de toda vivencia, por muy desagradable, dolorosa o tensa que sea, existe un espacio de presencia donde se encuentran los valores de la calma, belleza y afecto. Aprender a vivir desde ahí es el descubrimiento del amor incondicional. Se trata de tomar espacio de conciencia en cada decisión que tomamos, en cada acción que la vida nos presenta, y saber que, pase lo que pase, siempre tenemos ese espacio disponible siempre en el centro mismo de la experiencia. Un espacio sin tiempo para respirar, pensar diligentemente, abrirse a nuevas posibilidades, y poder disfrutar plenamente de cada pequeño detalle de la experiencia.
Es desde este espacio de presencia donde estamos creando esas condiciones perfectas para que todo lo que suceda se desenvuelva de un manera más fluida y enérgica. No tiene porque ser fácil, pero cuando sabemos notar cada vez más ese espacio, realmente da igual que sea fácil o difícil, como ocurre con cualquier cosa en la vida que realmente nos interesa. Solo queremos estar ahí. Vivir desde ahí afuera ya conocemos lo que hay, esa constante lucha y el consiguiente desgaste, los apegos y el sufrimiento, con lo que que desgraciadamente hemos aprendido a relacionar lo que es vivir.
La Vida no tiene porque ser eso, y ni mucho menos lo es. Realmente podemos decidir a cada momento si seguir como nos han enseñado hasta ahora o aprender a vivir como sabemos de verdad, desde lo que nos diga nuestro propio corazón, desde el corazón de la experiencia.